domingo, 2 de diciembre de 2007

Capítulo 16: Varanasi, río muerto, fuente de vida

Otra nueva etapa de nuestro viaje, quizás la más dura de nuestras paradas en esta expedición. Menos mal que no hemos empezado aquí el trayecto porque a lo mejor no seguimos. Varanasi, a lo largo del Ganghes, con sus más de 80 gaths es una ciudad que vive por y para el río. Sagrada para todos los indios y sobre todo para todos los muertos que vienen a finalizar sus días aquí.


Llegamos a la estación tras una noche de tren-litera con el inserso francés. Por una vez el tren llega puntual (aquí es normal que se retrase un par de horas). El calor es sofocante y en la estación nos está esperando un nuevo chófer que se sabe de memoria 3 frases sobre Varanasi, Shiba y la cremación, (las puede repetir con los ojos cerrados).


Tras dejar el hotel los aventureros se dedican a recorrer el mercado local para terminar en un gath donde realizan cremaciones. A Fabadín las tripas le rugen y se van a comer a un restaurante con unas bonitas vistas al lugar de las cremaciones, manda huevos, y no se les ocurre otra cosa para comer que pollo barbacoa. Mientras esperamos que maten la gallina, nos reencontramos con un viejo amigo de Percebín, al que conoció en un viaje a La Habana. El tiempo trata bien a Jack, ex-agente de la CIA con misiones en Iberoamérica (Panamá, Brasil, México, Guatemala, Argentina), exmilitante de Vietnam y gran conocedor del sudeste asiático. Su churri, una filipina guapísima (podría ser su nieta), nosotros empezamos con el "cago en rós como se las gasta el Jack" y cosas así. Hasta que se pone a hablar en castellano mientras nos muestra por las ventanas del mirador como preparan el cadáver de una anciana recién llegada, como terminan con una, llega otra, na lo mejor para abrir el apetito. Varanasi es un cúmulo de sensaciones contradictorias difíciles de explicar si no se viven.

Tras el Patxarán y sobremesa con Jack y su chica, nos vamos Ganghes abajo viendo la de dios de iluminados (o lo que es lo mismo: guiris flipados con el rollito local, casi levitando. Eso si, muy limpios y aseados todos, casi casi como la gente local, en fin...). Al Percebín otra vez más le ofrecen hachis, opio y marihuana, a ver si se afeita porque a este paso en Delhi monta un local. Por el camino unos paisanos se nos presentan dándonos la mano, pero según se la dabas, empezaban a hacerte un "masaje", Percebín dejó que un paisanucu local lo "relajase" un poco, pero Fabadín puso cara de guerrero en tiempos de Don Pelayo, y dijo que a él no lo tocaba ni dios... (sobre todo después de ver las caras de Percebín...).


Llegamos al Crematorio principal de Varanasi, 24 horas / 7 días a la semana quemando cuerpos, tienen madera cortada como para armar 50 barcos (con cada persona utilizan 200 kilos de madera y tarda en consumirse unas 3 horas). Se queman al día unos 200-300 cuerpos, superando esta cifra en algunas ocasiones. Esto lo vemos desde una barca mientras anochece, y los aventureros se empiezan a quedar sin fuerzas.


A la mañana siguiente, nos toca ruta en barca para ver como se purifican (por decir algo) en el Ganghes. y seguir admirando la ribera del río y las costumbres de sus gentes. Fabadín estuvo a punto de darse un chapuzón con los locales en el río, para espabilar un poco, porque con tanto madrugón apenas acertaba a encender la cámara, es lo que se llama el empanamiento matutino. Eso si, fue ver el color del agua, y no hizo falta ni comprobar la temperatura (bastante fría), se le abrieron los ojos como platos.


Después de la aventura acuática, nos vamos a reponer fuerzas (uno no puede levantarse a las 5 de la mañana y no desayunar, eso no puede ser bueno...), pero de camino al hotel, el "taxista" tiene que aflojarle pasta a un poli para dejarnos pasar, nos cuenta que la policía está constantemente pidiéndoles pasta. Es la leche, no se conforman con ser funcionarios no, se pasan el día estrujando a la gente, y recibiendo billetes "de estrangis"...



Pero no podíamos abandonar Varanasi sin perdernos otro rato por sus calles, encontrarnos con la sonrisa de los niños, y sortear motos y "tuc-tuc" como si de un encierro de los San Fermines se tratase.

1 comentario:

Pepín dijo...

¿Sagrada para todos los indios? Qué pasa, qué estáis en las montañas rocosas? ¿Habéis visto a Toro Sentado? XDDDD Hindús, se dice hindús XDDDD

Me está molando un huevo este blog, de verdad que sí...

Un abrazo.